El otro día podría decirse que tuve una tarde perfecta. No es que pasaran grandes cosas, más bien fue el cúmulo de pequeñas cosas lo que la hicieron perfecta. El caso es que ayer sí que tuve una tarde hecatómbica, un infierno tras otro hasta justo antes de acostarme. En ese momento justo pensé 'ojalá todas las tardes fueran como la del otro día...' Pero en realidad no estoy muy segura de pensar eso. Supongo que la condición de perfecto es (o así la entiendo yo) la de que algo se separe de la mediocridad (entendiéndose mediocridad sin un sentido peyorativo, equivalente a normalidad). Si todos los días fueran perfectos, ¿los valoraríamos entonces? ¿Tendrían el mismo significado? Es más, ¿tendrían la condición de perfecto si son lo habitual? Con esos pensamientos me dormí ayer, y hoy pienso que prefiero la no mediocridad, los bajos para luego tener altos, y la capacidad que nos ofrece la vida de sentir, ya sea para bien o para mal.
Para terminar el rallapost, la canción que le da título, 'Wonderful day' de O.A.R., que entra en mi categoría de canciones del buen humor... Espero que os guste.